El TPM o Mantenimiento Productivo Total es un sistema de mantenimiento que busca que los operarios llevan a cabo tareas de mantenimiento y de producción simultáneamente, es decir, el operario es responsable del equipo.
El término TPM fue acuñado en 1971 por el Instituto Japonés de Ingenieros de Plantas (JIP), institución precursora del Instituto Japonés para el Mantenimiento de Plantas (JIPM: Japan Institute Plant Maintenance).
Hoy es una organización dedicada a la investigación, consultoría y formación de ingenieros de plantas productivas. Entonces, al surgir y desarrollarse inicialmente en la industria del automóvil pronto pasó a formar parte de la cultura corporativa de las empresas que lo implantaban, como las multinacionales Toyota, Nissan y Mazda.
Hoy, el TPM es aplicado en casi todas las industrias para su correcto funcionamiento y donde es necesaria la implicación y el compromiso a todos los niveles. Esto es desde la Dirección hasta los niveles más bajos de la cadena productiva.
Beneficios del TPM
Es necesario que todas las partes comprendan su importancia tanto en el funcionamiento como en la consecución de los objetivos. Por lo tanto es fundamental la formación y la información para lograr una correcta implementación del sistema.
En este sentido, Las mejoras que aporta el TPM se traducen en:
- Aumento de la productividad
- Mejora de la calidad (menos desreglajes)
- Disminución de los costes de mantenimiento
- Reducción de los stocks de seguridad entre las sucesivas fases del proceso de producción
- Disminución de los costes de mano de obra (un mismo operario puede conducir más máquinas pues necesitan menos vigilancia);
- Reducción de las inversiones (menos máquinas para la misma producción)